Cada etapa que transcurre en la evolución del niñ@ desde el periodo de gestación, genera unas necesidades específicas a nivel nutricional. Por ejemplo, hay etapas en las que las necesidades proteicas es más urgente atenderlas. Para los primeros años de vida es necesario garantizar una buena ingesta proteica que favorezca el desarrollo del Sistema Nervioso Central.
Pero debe existir un equilibrio en la ingesta de los grupos de alimentos principales, Carbohidratos, Grasas y Proteínas. También es necesario garantizar cubrir las necesidades diarias de vitaminas y minerales, así como hidratarse bien.
Hablando específicamente del niño colombiano, en estudios recientes (ARIAS L., Hernando. Composición corporal del niño de 8 a 14 años de la ciudad de Cali, 2019), se evidencia que los niños de diferentes estratos socio-económicos tienden a la normalidad en cuanto a peso corporal total. Sin embargo, la reserva proteica tiende a la desnutrición y la reserva calórica tiende a ser alta. Lo que significa, que hay un desequilibrio en la ingesta nutricional, privilegiando el exceso de alimentos calóricos (Carbohidratos y Grasas) y un déficit en la ingesta de alimentos proteicos.
Si hablamos del niño deportista, los requerimientos nutricionales aumentan, proporcional al tipo de actividad deportiva, a la frecuencia semanal de entrenamientos y al objetivo que se persiga, si es recreativo o de rendimiento-competitivo. Por lo tanto, hay que atender tres aspectos fundamentales:
- Las necesidades particulares del individuo en período de crecimiento.
- Las del deportista, específicas para las diferentes etapas del entrenamiento y las competencias.
- En general, es de capital importancia calcular las necesidades particulares de calorías, proteínas, vitaminas y minerales en este período de la vida, a fin de que sean cubiertas con las mejores normas dietéticas.
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